La robótica vive una revolución con avances en campos insospechados que van desde la medicina hasta el funcionamiento del cerebro
Guillermo Altares
Sheffield
30 SEP 2014 - 08:59 CEST82
A primera vista no parece gran cosa y, desde luego, resulta difícil
imaginar que detrás de unos pequeños y ruidosos robots que se mueven
torpemente sobre una mesa blanca para agruparse por colores se encuentra un experimento que puede cambiar la historia de la medicina.
El futuro ya no es lo que era porque la ciencia ficción se olvidó de
Internet. Sin embargo, sí describió una sociedad en la que los robots
forman parte de la vida cotidiana. En todo el mundo se multiplican las
empresas y universidades con programas para investigar las posibilidades
de la robótica y los avances que se han conseguido son extraordinarios.
El objetivo de los grupos de robots que acabamos de describir, llamados
enjambres
porque su modelo es el comportamiento gregario de algunos animales como
las termitas, va de lo más grande a lo más pequeño: desde permitir que
máquinas colaboren juntas en tareas complejas –como la limpieza de una
central tras un accidente nuclear o la circulación de miles de coches
sin conductor– hasta, en un futuro que los científicos ven a 20 o 30
años vista, que existan robots minúsculos que podamos tragarnos, se unan
solos dentro de nuestro cuerpo y realicen tareas médicas.
Més informació a http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/28/actualidad/1411904239_443697.html